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Por Nicolás Cherny y Lara Goyburu.

La consolidación de las PASO: alta participación, reducción de la fragmentación y poder de los oficialismos

Aun con pocas internas y muchos cuestionamientos las PASO aprueban el test exigente de las legislativas 2017.

1) La ciudadanía pide PASO. Las PASO 2017 debían resolver muchas incógnitas, la más desafiante cuestionaba su eficacia como institución electoral. Se argumentaba que la escasa competencia interna en el oficialismo y la escisión del peronismo en la Provincia de Buenos Aires tendría un impacto negativo en la participación (las sanciones débiles por ausencias injustificadas). Sin embargo, los ciudadanos acudieron masivamente a las urnas superando la participación de las PASO presidenciales de 2015: alcanzo el 73% en promedio para diputados (contra 71,7% de 2015).  En los distritos que según el pasómetro de CIPPEC tenían primarias abiertas no hay mayor participación que en aquellos de menor competencia (21% de las alianzas electorales tuvieron competencia interna). Tampoco los distritos más polarizados han sido los de mayor participación. Santa Fe, con el mayor índice de competencia en primarias y una elección muy disputada, tuvo una participación similar a la de provincias como Santiago del Estero que tuvieron poca competencia interna y ninguna polarización.  El valor de la participación a través del voto se mantiene alto y las PASO se consolidan pese al contexto de elecciones primarias poco competitivas.

2) Las PASO reducen la fragmentación. El diseño de las instituciones electorales debe intentar resolver los problemas que ocasiona la evolución del sistema partidario. Desde 2001 la fragmentación es grande, hay muchos partidos y sigue siendo muy fácil formar un partido y presentarse a elecciones. En las primarias se presentaron 207 alianzas electorales en todo el país, de las cuales 60 no superaron el umbral de 1,5%. El filtro de las PASO redujo un 29% la oferta electoral. En la provincia de Buenos Aires 12 listas no pasaron el umbral y 10 en CABA.

Pero además el umbral funciona como un incentivo a la agregación desde abajo. La coalición de izquierda FIT, que ha presentado una oferta electoral comparativamente muy homogénea logró superar el 1.5% en 21 de los 22 distritos que presentó listas a diputados nacionales. Habrá que esperar a Octubre para ver si rompe la barrera del D´hont, pero este caso muestra que las PASO no necesariamente penalizan a las fuerzas chicas, sino que otorgan incentivos para coalicionar para superar el umbral y aspirar a tener representación legislativa. Este caso evidencia además el aprendizaje que pueden hacer los partidos de las reglas electorales y como ese aprendizaje puede volverlos más competitivos y al mismo tiempo ayudar a un ordenamiento de la oferta electoral.

 3)  El poder de los oficialismos. Los oficialismos ganaron en 14 provincias. Cambiemos triunfó en las cinco provincias que gobierna: CABA, Buenos Aires, Mendoza, Jujuy y Corrientes. Y el Peronismo ganó en nueve de las dieciséis que gobierna. Pero el poder del oficialismo nacional se tradujo en triunfos de Cambiemos en provincias que no gobierna. Cambiemos pudo vencer también en seis provincias en las que no es oficialismo provincial: Santa Cruz, Neuquén, San Luis, Córdoba, La Pampa y Entre Ríos. Así como el Frente para la Victoria logró consolidarse como fuerza política a nivel nacional desde la Presidencia a lo largo de sucesivas elecciones, los resultados de las PASO muestran que Cambiemos no sólo consiguió presentar una oferta electoral homogénea en casi todo el país sino que logró convertir la gestión del gobierno nacional en votos provinciales. Pero a diferencia de la personalización en Néstor y Cristina Kirchner que estimulaba el FPV en las provincias, en la estrategia de Cambiemos ha pasado más por difundir su etiqueta coliacional más que por pasear presidente. Un sello común que en cada distrito tenía una cara distinta, que no siempre eran los candidatos, que no siempre iba acompañada por la figura del presidente. Los liderazgos provinciales y la política local tuvieron peso propio: Vidal, Cantard, Baldassi, son ejemplos de la estrategia que da más juego los líderes provinciales. Los recursos en poder del oficialismo ayudan a ordenar la oferta que se  verticalizó a través de la etiqueta y con el instrumento de los liderazgos locales.

 4) La incógnita hacia octubre: ¿lógica de ballotage o de elección legislativa? Interpretar las elecciones de Octubre como un ballotage de las PASO es muy tentador: al repartir la elección a senadores escaños para los dos primeros, el votante podría actuar estratégicamente y abandonar a los candidatos que quedaron más alejados de los primeros puestos. Los votantes de Randazzo y Massa en Provincia de Buenos Aires – según esta hipótesis- tenderían a hacer un voto estratégico por las candidaturas de Cristina Kirchner o Esteban Bullrich para influir en la asignación del segundo senador. Sin embargo, a diferencia de la lógica ejecutiva de la elección en la que el ganador se lleva todo, el sistema electoral de las legislativas en argentina premia con escaños a todos los que suman por encima del umbral del D´hont. De modo que la elección a diputados nacionales incentiva a los líderes de 1Pais y el Frente Justicialista a mostrar a sus votantes que en listas legislativas a diputados nacionales cada voto cuenta y hay mucho por ganar en distritos grandes aún saliendo en tercer o cuarto lugar. Eso vale para las 24 provincias que votan diputados (solo 8 senadores).

*Por Nicolás Cherny y Lara Goyburu, director y coordinadora de Instituciones Políticas de CIPPEC.