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Por Marcelo Nazareno

Perspectiva de triunfo para Cambiemos de cara a la general en Córdoba

Los resultados de las PASO en Córdoba importan más por el porcentaje de votos que obtuvo cada lista (y sus proyecciones hacia Octubre) que por lo que se dirimió formalmente.

Respecto a esta última cuestión, los resultados pueden resumirse fácilmente: de las once listas que se presentaron, siete superaron el 1.5 % del piso legal y podrán presentarse en la general de octubre, y de las dos disputas internas que se dieron, una es intrascendente (ya que el espacio político PAIS no alcanzó el piso electoral) y la otra, en Cambiemos, mostró un amplio dominio del sector alineado con el gobierno nacional que, con Baldassi como primer candidato, se aseguró la totalidad de los candidatos que la lista presentará en octubre.

En una lectura de más largo alcance, lo que más resalta es el contundente triunfo de Cambiemos, que obtuvo más del 44% de los votos, frente a la de Unión por Córdoba (UPC), que consiguió algo más del 28%. Esta diferencia implica para el peronismo provincial la peor derrota en los 18 años que lleva gobernando la provincia. Para UPC esto significa que en la elección de octubre (si los números, como todo indica, se mantienen) obtendría sólo tres diputados de los nueve en disputa, frente a los 5 que conseguiría Cambiemos. Pero lo que surge de estos resultados es aún más transcendente: por primera vez, desde que asumió el control de la provincia en 1999, el peronismo cordobés enfrenta un resultado de medio término nacional que cuestiona su posibilidad de retener la gobernación. Es cierto que se trata ahora de una elección nacional y que faltan dos años para la elección a gobernador, pero una diferencia tan amplia (prácticamente el 16%) a favor de Cambiemos coloca a esta fuerza frente a un panorama inmejorable: su piso electoral en la provincia se consolida en un nivel muy alto y buena parte de sus votos se basan más en una mirada nacional (de apoyo al presidente Macri) que en una  provincial. Esto se corresponde con la estrategia que Cambiemos desplegó en la provincia: pidió explícitamente el voto como expresión de apoyo al presidente. De este modo, Cambiemos logró su objetivo principal: mostrarse como primera fuerza una provincia de gran importancia y exhibir este triunfo en la vidriera nacional; pero la magnitud de la victoria lo coloca a las puertas de hacerse con el gobierno en la provincia. El desafío para esta fuerza es que la disputa entre varios potenciales candidatos a gobernador (el propio Baldassi, Luis Juez, Mario Negri y Ramón Mestre) no le genere costos electorales.

La estrategia de campaña de UPC parece haber colaborado también para este resultado. El gobernador Schiaretti desplegó en los últimos dos meses un discurso de confrontación con el gobierno nacional, luego de un año y medio de cooperación y públicos elogios mutuos. Por un lado, fue un mensaje insuficiente, por tardío y poco creíble, para atraer a potenciales opositores a Macri; por el otro puso, a parte de quienes valoraban positivamente a Cambiemos en el orden nacional y tenían una opinión favorable del gobierno provincial, en la disyuntiva de elegir entre la defensa del gobierno central o apoyar un discurso opositor al mismo. Claramente eligieron lo primero.

Finalmente, en la lucha por “el noveno diputado”, el kirchenrismo ganó cómodamente su disputa con la izquierda del Frente de Izquierda de los Trabajadores (FIT). Habiendo iniciado la campaña con un porcentaje muy similar al FIT, el candidato kirchenrista Pablo Carro terminó haciendo una buena elección (con casi el 10% de los votos)n que no sólo le aseguraría ingresar como diputado, sino que genera expectativas de alcanzar en octubre el anterior piso del kircherismo en la provincia (al menos un 15% de los votos).

*Por Marcelo Nazareno, UNC / UCC. Investigador de Cuadernos Electorales de CIPPEC.

La opinión del autor no refleja necesariamente la posición de todos los miembros de CIPPEC.