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17.06.2019

Germán Feierherd

Tierra del Fuego: escrutinio lento y sorpresa

Hubo sorpresa en las elecciones de este domingo en Tierra del Fuego. Gustavo Melella (FORJA), el intendente de Río Grande cercano al kirchnerismo, se impuso sobre la gobernadora peronista, también aliada al kirchnerismo, Rosana Bertone (Unidad Fueguina), sin necesidad de una segunda vuelta.

Hasta el escrutinio, las elecciones transcurrieron con normalidad (más allá de denuncias cruzadas sobre robo de boletas). Los fueguinos no fueron afectados por el corte eléctrico que dejó a oscuras al resto del país. Sin embargo, el escrutinio fue lento, como es usual dada la multiplicidad de boletas y sistemas electorales. El número de boletas en el cuarto oscuro ascendía a 73 en Ushuaia y a 77 en Río Grande. En total, se presentaron 1015 candidatos/as para 41 cargos: un candidato cada 133 electores. Además, hubo cuestionamientos sobre la transparencia del conteo que se transmitió por YouTube y no a través de una página oficial. A medianoche, solo se había escrutado el 15% de las mesas.

Tierra del Fuego y Santa Fe se convirtieron anoche en las dos únicas provincias donde los oficialismos resultaron perdedores en gobernaciones, en lo que va de 2019. Rosana Bertone no pudo asegurar su reelección. La gobernadora compitió con el sello de Unidad Fueguina, una alianza entre el PJ, Unidad Ciudadana y otros partidos cercanos al kirchnerismo. El intendente de Río Grande, Melella, derrotó a Bertone por una diferencia de casi doce puntos: 50,9% contra 37,8% (con el 97% de las mesas escrutadas). Melella es un radical K y su espacio incluye una alianza con el Movimiento Popular Fueguino—el partido provincial que gobernó la provincia durante los noventa. La vicegobernadora será Mónica Urquiza, legisladora provincial de ese partido. Por su parte, Juan “Pipo” Rodríguez, candidato por Cambiemos (que en Tierra del Fuego lleva el sello Ser Fueguino), quedó tercero con menos votos que los en blanco (3,8% contra 7,5%).

Los otros grandes ganadores fueron Walter Vuoto, intendente de Ushuaia y principal referente de La Cámpora, y Martín Pérez, diputado nacional por el kirchnerismo y candidato ganador para intendente de Río Grande. Vuoto fue reelecto con el 54,7% de los votos y le dedicó su triunfo a Cristina Fernández. Lejos quedaron sus principales adversarios, Gustavo Ventura de FORJA (13,5%) y el diputado de Cambiemos Héctor Stefani (10,9%). En Río Grande, Pérez sacó 42,1% de los votos y se impuso a la candidata de Melella, Analía Cubino (36,1%).

La distancia entre los votos de Vuoto y Pérez y los obtenidos por Bertone son muestra de la difícil relación entre el kirchnerismo isleño de Vuoto y Perez y el peronismo tradicional de Bertone. Hoy alineada con el dúo Fernández-Fernández, Bertone sufrió el desgaste de gestionar un estado con serios problemas financieros que la llevaron a tender puentes con la Casa Rosada. Durante su gestión, además, mantuvo fuertes conflictos con los gremios estatales y con Vuoto por la distribución de recursos coparticipables.

La diferencia entre los votos para una categoría y otra también refleja particularidades del sistema electoral. Las boletas están separadas por cargos, es decir, ya vienen cortadas, por lo que el arrastre de una categoría a otra es bajo. Esto explica también la gran cantidad de votos en blanco, que fue otra vez la categoría más votada para la legislatura (26%; en el 2015 el voto en blanco fue el 22.6% de los votos).

Ningún partido tendrá mayoría en la legislatura. De no haber cambios en el conteo, la legislatura se conformará así: cuatro bancas para el oficialista FORJA y dos para su aliado el MPF; por el lado de la oposición, Unidad Fueguina ocupará cuatro escaños, tres serán para el Partido Verde y dos para Ser Fueguino.

Pasada la medianoche, Bertone reconoció la derrota por Twitter mientras sus aliados kirchneristas, Vuoto y Pérez, festejaban. La derrota de Bertone refleja el ya mencionado desgaste de gobernar una provincia con serios problemas financieros y una industria local, sostenida a base de subsidios, en crisis. Además, su acercamiento al kirchnerismo durante la campaña fue limitado. Su cercanía al gobierno nacional y los conflictos intestinos con Vuoto durante gran parte de la gestión debilitaron su imagen frente a un electorado cercano al kirchnerismo.

*Por Germán Feierherd. Investigadora del OEAR y UdeSA

La opinión del autor no refleja necesariamente la posición de todos los miembros de CIPPEC.

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