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Por Nicolás Cherny

Arrancan las Elecciones2017: un fascinante laboratorio para el análisis político

La competencia electoral legislativa suele crear la expectativa en la opinión pública de que podremos identificar un claro ganador de la contienda. Puede ser el presidente porque consolida su poder en el Congreso o un líder de la oposición que se anticipa como el challenger de las presidenciales. Sin embargo, es muy improbable que las elecciones 2017 consagren un único ganador nacional.

En primer lugar, porque la legislativa de mitad de mandato es una elección eminentemente provincial que tendrá ganadores y perdedores distritales. Es verdad que el oficialismo nacional puede utilizar recursos de poder de la presidencia para influenciar el armado de listas de candidatos provinciales, pero no existe el arrastre del nivel nacional al provincial que suele producir las presidenciales. Podría haber más arrastre allí donde los gobernadores deciden hacer las elecciones provinciales en simultáneo con las nacionales. Pero hay más incentivos para que los partidos ajusten su estrategia electoral en base a las oportunidades y riesgos que les dan los territorios políticos donde efectivamente compiten: el nivel local. Puede haber alianzas electorales con combinaciones similares en algunas provincias pero hay un grado importante de variación y alianzas cruzadas en distintas provincias que vuelve poco verosímil sumar votos a nivel nacional.

Segundo, porque es muy probable que la composición del Congreso de la Nación no se modifique sustancialmente: el oficialismo seguirá ostentando la primera minoría en Diputados y el Senado continuará dominado por el peronismo. De modo que, no parece estar en juego un fortalecimiento o debilitamiento legislativo del Presidente. Pero además, la configuración institucional actual del federalismo argentino podría generar mayores incentivos a la cooperación parlamentaria. Si los nuevos legisladores serán más cercanos y leales a los gobernadores que quienes terminan su mandato las delegaciones provinciales nuevas podrían ser más propensas a colaborar con la presidencia para lograr acuerdos e iniciativas conjuntas que beneficien la gestión de su gobernador.

En tercer lugar, es posible que los candidatos de la provincia de Buenos Aires y la CABA intenten nacionalizar las campañas. Sin embargo, suele ser un fenómeno porteño no aplicable al resto de los distritos cuyas campañas se limitan mayormente a temas locales. Además, la fragmentación y desnacionalización de la política argentina redujeron el poder de instalación de liderazgos nacionales de provincias como Buenos Aires, con mucho peso electoral e institucional. La división en tercios del electorado de la provincia de Buenos Aires muy difícilmente genere un ganador lo suficientemente claro como para presentarse de un modo convincente como el líder que podrá aglutinar el voto opositor en 2019.

Cuarto, las legislativas de medio término diluyen el peso del electorado de los centros urbanos (CABA, Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Mendoza) que suelen decidir las presidenciales y limita su influencia a cada distrito.

En suma, hay razones para sostener que los resultados electorales brindarán oportunidades a muchos candidatos distritales para considerarse ganadores de la elección y es muy probable que esos triunfos no modifiquen sustancialmente la configuración institucional y que se repartan entre los candidatos oficialistas y opositores. En ese contexto de fragmentación y paridad de fuerzas difícilmente las elecciones 2017 contribuyan a consolidar un liderazgo nacional.

Las elecciones 2017 serán, entonces, un fascinante laboratorio para el análisis político. Se renovará la mitad de la Cámara de Diputados (127 diputados) y un tercio del Senado (24 senadores). Las 24 provincias elegirán diputados; 8 de ellas también escogerán senadores. En 13 provincias se escoge diputados provinciales. En 6 provincias también se elige senadores. Los electores de Corrientes y Santiago del Estero, provincias que modificaron sus calendarios electorales luego de las intervenciones federales de 1999 y 2004, votan para gobernador. El panorama de elecciones provinciales es heterogéneo: se elige distintos cargos, se utilizará diversas tecnologías de emisión y recuento de votos y se votará en distintas fechas.

Las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) se aplicarán por cuarta vez y se llevarán a cabo el 13 de agosto. Podremos observar si pueden contener y reducir la fragmentación, e investigar cuando las PASO estimulan la competencia interna y frente a qué contextos obstaculizan la competencia o empeoran tensiones internas dificultando su resolución. Una hipótesis a probar con nueva evidencia de las elecciones 2017 sugiere las PASO son más frecuentemente utilizadas para la formación de coaliciones que agregan liderazgos partidarios dispersos (suma positiva). Y que son eludidas o pueden volverse muy conflictivas para la disputa del liderazgo interno de un partido (suma cero). En este segundo caso, el líder que domina el partido enfrenta con las PASO mucho más riesgo que el challenger porque pierde el control del padrón de la elección.

En las provincias argentinas hay además diferencias en las reglas electorales y las formas de votación que invitan la observación de las diferencias. Como hemos argumentado desde CIPPEC, la forma de votar importa. El instrumento de votación tiene efectos sobre el comportamiento del elector debido a que cambia la presentación de las opciones electorales. En las elecciones 2017 para la elección de cargos representativos a nivel nación se utiliza el mismo instrumento de votación (boletas partidarias) pero para los cargos provinciales hay grupos de provincias que utilizan instrumentos de distintos tipos. Los ciudadanos de Santa Fe utilizan la boleta única por categoría. Salta y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires han implementado el voto electrónico. La Rioja vota con boletas partidarias. De modo que se puede dar el caso en Salta de que el ciudadano deba votar en la misma fecha para cargos nacionales con boletas partidarias y para provinciales con voto electrónico.

*Por Nicolás Cherny, director del programa de Instituciones Políticas de CIPPEC.