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Buenos Aires 2017: fisiología de una elección polarizada

Por María Page y Pedro Antenucci, investigadora asociada y consultor del programa de Instituciones Políticas de CIPPEC.

En el distrito más grande del país, la elección de senadores enfrentó a las figuras más relevantes de la oposición nacional (Cristina Fernández de Kirchner y Sergio Massa) con un candidato oficialista (Esteban Bullrich) fuertemente respaldado por la gobernadora Eugenia Vidal. También, allí se situó el epicentro de la división del peronismo, cuando la ex presidenta decidió competir por fuera del Partido Justicialista y se llevó consigo al mismísimo presidente del PJ bonaerense.

La contienda resultó extremadamente competitiva e inusual. Por primera vez en nuestro país el recuento provisorio de las primarias no anticipó la tendencia definitiva de la elección: en el primero se contaron más votos para Cambiemos pero el segundo determinó que Unidad Ciudadana había sido la fuerza más votada. Tampoco había ocurrido nunca en el distrito que el partido más votado en la elección de senadores fuera uno distinto al más votado para la categoría diputados nacionales.

Luego, la elección general tuvo la oferta legislativa más depurada desde 1983, y nunca una elección de senador se había definido por una diferencia tan pequeña. Además, el resultado de la primaria se revirtió: en la elección general Cambiemos resultó la agrupación más votada. Finalmente, por primera vez desde la reforma constitucional, una fuerza distinta al peronismo se llevó 2 de los 3 senadores que elegía el distrito.

En este artículo usamos el análisis de transferencia de votos (*) para mostrarte la elección de senador por dentro y contarte cómo fueron las decisiones de los votantes bonaerenses que gestaron estos inusuales resultados.

Las primarias, filtro y primera vuelta electoral. Aunque 15 agrupaciones compitieron en la primaria, apenas 5 (Unidad Ciudadana, Cambiemos, 1País, Frente Justicialista y el FIT) llegaron a la general. Igual que en 2015, se trata de la menor cantidad de competidores en el distrito en una elección legislativa desde 1983. En un empate técnico, las dos primeras fuerzas concentraron más del 70% de los votos positivos. Tercero quedó 1País, a una distancia de 20 puntos.

El gráfico (diagrama de Sankey) muestra el flujo de votos de cada partido entre la primaria y la general.  Sobre el margen izquierdo (origen) se ve la distribución de los votos entre las 15 agrupaciones que participaron de la paso. Sobre el margen derecho (destino) se muestran sólo las agrupaciones que pasaron el umbral de las primarias y el porcentaje de votos que consiguieron en las generales. Los flujos entre los dos márgenes muestran a dónde fueron los votos de cada fuerza entre la primaria y la general.  El flujo inferior, en color blanco, muestra la suma de los votos en blanco, nulos y los electores que no fueron a votar.

Así, la primaria bonaerense dejó un escenario polarizado y dos interrogantes: cuántos votos conseguirían sumar cada uno de los principales contendientes y de dónde saldrían. El análisis de transferencias de votos nos da algunas respuestas:

Lo primero que salta a la vista es que tanto Cambiemos como Unidad Ciudadana lograron conservar todo el apoyo que habían conseguido en las primarias. Por eso, la reversión del resultado en la general se explica por la medida en que cada uno de los principales contendientes logró sumar apoyo de quiénes no habían votado en la primaria o habían votado a otros partidos.

En esa búsqueda de sumar votos, Cambiemos resultó más efectivo: sedujo a votantes de Massa (13,24%) y movilizó electores que no habían concurrido a votar o habían votado en blanco ( 13,4%). Incluso, sumó algunos votos del Frente Justicialista (5,02%).

En cambio, como en 2015 el FPV,  Unidad Ciudadana parece haber tenido menos lugar para crecer. Sumó parte de lo perdido por Randazzo (8,54%), algo de la izquierda, y una fracción muy pequeña de electores que no habían votado antes (3.18%). También en términos absolutos, los resultados de Cambiemos (3,8 millones de votos) y los de Unidad Ciudadana (3,3 millones) son muy similares a los obtenidos por Vidal (3,6 millones) y Fernández (3,2 millones) en 2015.

Entre los competidores que perdieron votos, el mayor drenaje lo experimentó 1 País, que perdió un tercio de los 1,4 millones de votos que había obtenido en las primarias. La pérdida se explica por electores que prefirieron apoyar a Cambiemos en la general o que no fueron a votar. Le siguen el Frente Justicialista (24%) y el FIT (20%).

Las primarias y el voto estratégico. Las PASO funcionan al mismo tiempo como mecanismo de selección de candidaturas y como primera vuelta electoral. Especialmente cuando, como en la elección que nos ocupa, los principales partidos presentan una lista única. Con los resultados de la PASO a la vista, algunos votantes cambian su voto y otros que no habían votado deciden participar.

Nota metodológica

(*) Las transferencias se obtuvieron usando un modelo de inferencia ecológica para estimar, mesa por mesa, a dónde fueron los votos de las PASO (origen) en las elecciones generales (destino). Es decir, determinar si hubo variaciones en el comportamiento de los votantes y cuáles. El análisis se realizó con microdatos de la elección (los resultados de cada una de las 35 mil mesas nacionales que se habilitaron en la provincia de Buenos Aires). El código utilizado fue desarrollado por Ernesto Calvo. Las estimaciones fueron calculadas por Pedro Antenucci.

Sobre las transferencias de votos en las elecciones de 2015 te recomendamos leer “Los gatos se estaban peleando“, “Doña Flor y sus dos gobiernos“, y “¿Adónde fueron los votos entre la primera y la segunda vuelta electoral presidencial?