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Por Marcelo Nazareno

Córdoba, lo viejo y lo nuevo en disputa

El resultado de las elecciones para diputados nacionales del 22 de octubre en Córdoba no ofrece dudas respecto a cuál lista obtendrá el primer lugar. La ventaja del 16% que Cambiemos obtuvo en las PASO por sobre la alianza del peronismo provincial Unión por Córdoba (UPC) es unánimemente considerada irreversible.

No obstante, varias cuestiones de importancia permanecen aún abiertas.

En primer lugar, si Cambiemos consigue mantener su ventaja o incluso ampliarla o si, por el contrario, Unión por Córdoba consigue reducirla. Para Cambiemos sostener o acrecentar esta ventaja implica consolidar su imagen en la provincia como una fuerza en condiciones de competir con grandes posibilidades de éxito por la gobernación en 2019 y de ser, en el orden nacional, uno de los distritos que más contribuirá al caudal electoral que el presidente Macri podrá exhibir como fuente de su fortaleza política luego de las elecciones. Para Unión por Córdoba, reducir aquella ventaja permitirá mostrar cierta reacción luego del durísimo golpe que recibiera en las PASO y, con ello, generar alguna expectativa de una mayor recuperación para las elecciones a Gobernador en 2019.

Además y no menos importante, la mayor o menor diferencia que Cambiemos obtenga sobre UPC incidirá sobre la cantidad de diputados que obtendrá cada fuerza. Si se repitiesen los resultados de las PASO cambiemos obtendría cinco diputados y UPC tres (que es la cantidad que esta fuerza renueva). No obstante, un relativamente leve crecimiento de Cambiemos y una caída de UPC puede cambiar este resultado y dejar a esta última con sólo dos diputados y a Cambiemos con seis. Más allá de los porcentajes, retener sus tres diputados parece ser el objetivo político central de UPC y un límite más allá del cual puede desatarse una crisis que ponga en tensión el liderazgo que el actual gobernador Schiaretti y el ex gobernador De la Sota vienen ejerciendo sobre el peronismo provincial.

Respecto a las campañas de ambas fuerzas, mientras Cambiemos mantuvo su estrategia de nacionalizar las elecciones con continuas referencias a las acciones del gobierno nacional (un dato relevante es que el cierre de campaña contará con la presencia de Macri), UPC abandonó su estrategia anterior de confrontar con el Gobierno nacional y apostó a una provincialización de las elecciones en base a plantear que en las mismas deben defenderse políticas provinciales concretas (como el boleto estudiantil y programas de empleo).

En lo que hace a las cinco listas restantes habilitadas para participar en estas elecciones, tampoco se esperan grandes cambios con relación a los resultados de las PASO. El Frente Córdoba Ciudadana (FCC), que expresa en la provincia a las fuerzas kirchneristas, tiene prácticamente asegurado el único diputado que no corresponderá a Cambiemos o a UPC, lo que no es un logro menor luego de haber atravesado una dura crisis que se expresó en la renuncia a ser candidato de su referente provincial más conocido, Eduardo Acastello, Mucho más atrás aparecen las dos listas de la izquierda troskista (Frente de Izquierda de y de los Trabajadores e Izquierda al Frente por el Socialismo) que al haberse dividido quedaron muy lejos de poder aspirar a obtener un diputado. Finalmente, con escasas posibilidades de sumar más votos que en las PASO (poco más del 2%) están dos listas de partidos provinciales y con un definido perfil a la derecha del arco ideológico (Encuentro Vecinal y Primero la Gente).

Frente a este panorama, todo indica que el próximo domingo se definirá la emergencia de un nuevo escenario político provincial, con un “nuevo” actor de gran relevancia (Cambiemos) tributario de un liderazgo nacional (Macri), un “viejo” actor (UPC) con un doble liderazgo provincial (De la Sota y Schiaretti) que sufrirá por primera vez en casi veinte años una dura derrota y que deberá recomponerse para llegar a 2019 en condiciones de mayor competitividad, y un actor que muchos daban por “muerto” (el kirchnerismo), con un liderazgo local en construcción, pero que se muestra capaz de sostener un piso electoral a partir del cual consolidarse como tercera fuerza con ciertas perspectivas de crecimiento.

*Por Marcelo Nazareno, UNC / UCC. Investigador de Cuadernos Electorales de CIPPEC.

La opinión del autor no refleja necesariamente la posición de todos los miembros de CIPPEC.