El año en el que el FIT casi le gana al peronismo en Jujuy
En la provincia de Jujuy, el 22 de octubre se puso en juego la distribución de fuerzas en el Congreso y en la provincia. Se dirimió el peso y el nombre de la principal oposición. Como resultado, el Frente Jujeño Cambiemos de Morales se llevó todos los premios y el peronismo quedó más debilitado que nunca.
Después de unas Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias sumamente competitivas, en las que se eligieron los candidatos a ocupar cargos legislativos nacionales, la puja llegó también al ámbito local. Los jujeños eligieron simultáneamente 3 senadores y 3 diputados nacionales, 24 legisladores provinciales, 68 concejales, 78 vocales municipales, y al intendente de Fraile Pintado (quien tendrá un mandato de dos años tras la destitución de su predecesor).
Participaron en estos comicios 4 frentes electorales, 7 partidos, 23 colectoras y 9 partidos municipales, pero la competencia fue poca. El espacio oficialista alineado con el gobierno nacional alcanzó alrededor del 50% de los votos en las categorías de senador y diputado nacionales, mejorando su desempeño respecto de las PASO en un 14%. La ola amarilla del gobernador Morales arrasó en toda la provincia menos en dos departamentos del norte (Santa Catalina y Yavi), y obtuvo así dos bancas en la Cámara Alta y dos en Diputados. Por la primera minoría entrarían los senadores y diputados nacionales del Frente Justicialista, con el 20% y 19% de los votos, respectivamente. También en el podio, el FIT hizo una elección histórica y estuvo a solo 1 punto de robarle la bancada de diputado nacional al peronismo. Con márgenes tan chicos entre segundas y terceras fuerzas, es importante notar que los datos responden al escrutinio provisorio que cerró con el 92,27% de las mesas escrutadas. Todavía no ha muerto quien pelea.
En el nivel subnacional, el Frente Jujeño Cambiemos obtuvo un 45% en diputados provinciales, seguido por los frentes Justicialista con el 17,63% de los votos, y el FIT (16,42%). El oficialismo suma a la legislatura provincial 14 diputados (4 más de los que oficialistas que renovaban bancas), y el peronismo logró menos lugares de los que tenía en juego (5). Las bancas restantes serán ocupadas por el FIT, espacio que superó el piso del 5% por primera vez e ingresó 5 diputados a la legislatura unicameral jujeña.
Como si esto fuera poco, el oficialismo se quedó con la intendencia de Fraile Pintado, y se impuso la lista de la Unión Cívica Radical en la elección de Concejales de la capital jujeña con un 27% También en la capital, los más de 30.000 votos (22%) obtenidos le dará la posibilidad al FIT de ingresar dos miembros al Concejo capitalino; el Frente Justicialista ingresará un solo Concejal.
Más allá del poroteo, ¿qué nos deja esta elección?
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Luego de la victoria cerrada en las legislativas nacionales del 2013, y el triunfo histórico del 2015, el Frente Jujeño Cambiemos consolidó su posición en la provincia. Separado en los papeles de su anterior aliado, el Frente Renovador (espacio que hizo su peor elección en la provincia, perdiendo casi la mitad de los votos que había obtenido en las PASO), el oficialismo jujeño se impuso en los comicios superando con más de 30 puntos de distancia a las segundas fuerzas. Con estos resultados, la bancada jujeña pasa a ser mayoritariamente oficialista en todos los niveles de gobierno. Morales puede ganar, lo puede hacer solo, y durante los próximos dos años podrá gobernar cómodamente. La premisa “es difícil derrotar a los oficialismos” rige en Jujuy.
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La diferencia entre la segunda y tercera fuerza es poca (ambas muy lejos del Frente Jujeño Cambiemos) y significativa. De la mano de un fuerte corte de boleta a favor de la izquierda en la Cámara Baja Nacional, evidencia que el FIT hizo una elección histórica. Peleó de cerca con el peronismo, con especial fuerza en la capital, para ocupar el lugar de la segunda minoría en el congreso nacional y entró en la legislatura provincial además de varios concejos deliberantes. Por otro lado, muestra a un peronismo que no encuentra su camino. La derrota del ex gobernador Fellner en 2015, y la detención de Milagro Sala (con los pedidos de liberación de parte de organismos internacionales, las acusaciones sobre malversación de fondos que pesan en su contra, y su nueva detención), dejaron al peronismo jujeño en una posición incómoda. El partido no logró elegir un conductor en las elecciones internas y desde 2016 se encuentra intervenido por el partido nacional. Estas divisiones se tradujeron en una alta competitividad durante las PASO: participaron 6 listas al interior del frente y las tres listas más votadas dentro del Frente fue pequeña -“Por Jujuy”, “Si por la Igualdad” y “Jujuy Avanza”- tuvieron menos de 10 puntos de distancia entre sí, mostrando la ausencia de un liderazgo claro dentro del peronismo y la alta competitividad entre las listas. Ahora, el Frente perdió votos. El peronismo está dividido y el lugar de opositor no le sienta bien. Su desafío será encontrar el liderazgo que le permita encauzar el proyecto electoral de cara a las elecciones a gobernador del 2019.
Después de una agitada jornada electoral en la que cuatro personas fueron detenidas en distintas localidades por estar repartiendo boletas cerca de los lugares de votación, la noche no fue más calma: durante el recuento de votos, hubo problemas en la carga de los resultados de la provincia y la participación electoral alcanzó el valor descomunal de 102% a las 23:57 de la noche. Una vez corregidos los errores, lo que nos queda de estas elecciones es el cambio en la distribución de fuerzas en el Congreso y la sensación que, más allá del conteo de bancas, las legislativas del 2017 serán recordadas como el año en el que el FIT casi le gana al peronismo en Jujuy.
*Por María Belén Abdala, Universidad de San Andrés. Investigadora de Cuadernos Electorales de CIPPEC.