Elecciones 2017: en Santa Cruz, los resultados confirmaron las tendencias
Las elecciones santacruceñas ratificaron dos tendencias. La primera, de carácter local, fue la derrota del Frente para la Victoria (FpV) a manos de Unión Para Vivir Mejor (UPVM), el sello provincial de Cambiemos. Con el 44,2% de los votos, UPVM obtuvo 2 bancas a senadores nacionales y 2 bancas a diputados nacionales. El segundo lugar, ocupado por el FpV tras alcanzar el 32% de los votos, concedió una banca a senador y otra para diputados. Así, los resultados de las primarias se mantuvieron inalterados.
La segunda tendencia que se confirmó fue la polarización del mapa electoral: más de tres cuartas partes de los electores votaron o bien a UPVM o bien al FpV. Muy lejos quedó la tercera fuerza, el Frente de Izquierda y los Trabajadores, que alcanzó casi el 9% de los votos válidos emitidos. Una buena elección para una alianza política históricamente débil en la provincia, pero que no alcanza para obtener ninguno de los cargos en juego.
Estas confirmaciones acarrean otras implicancias. En lo inmediato, el FpV debe encontrar la manera de reorganizarse si quiere retener la provincia de Santa Cruz, distrito que jamás fue gobernado por otra fuerza política que no sea el peronismo. La gran incógnita pasa por el lugar que ocupará la gobernadora de cara a 2019: ¿enfrentará su liderazgo desafíos aún mayores que los que enfrentó en las primarias? Si es cierto que el peronismo no perdona las derrotas, entonces no es tan descabellado aceptar que se ha generado un espacio para la emergencia de un liderazgo alternativo más peronista que kirchnerista. Quién será capaz de aprovecharlo es la principal incógnita.
Por otra parte, en lo que respecta a UPVM, la implicancia inmediata es la ratificación del liderazgo de Eduardo Costa, senador nacional electo. A pesar de haber derrotado al kirchnerismo en las legislativas de 2009 y 2013, Costa nunca pudo asestar el golpe definitivo en las elecciones a gobernador. En 2011 quedó a 6 puntos de Daniel Peralta, quien se alzó como gobernador electo. Luego, en 2015, fue el candidato más votado en Santa Cruz (con el 41% de los votos), pero la ley de lemas permitió a Alicia Kirchner (34,8%) sumar los votos de Peralta (16,8%) y ser la actual gobernadora. Cómo administrar la ventaja de 12 puntos obtenida en las elecciones del domingo para poder ganar en 2019 es el principal interrogante que debe resolver Costa si no quiere reiterar las derrotas de 2011 y 2015.
En retrospectiva, estos resultados arrojan luz sobre las campañas que las principales alianzas llevaron a cabo. En este sentido, la estrategia de UPVM de ‘provincializar’ la campaña para aprovechar al máximo las debilidades de la gestión de Alicia Kirchner parece haber sido una de las claves para explicar el triunfo. El intento del FpV de ‘nacionalizar’ la campaña, en contrapartida, fue doblemente defectuoso: no sólo porque desatendió los asuntos locales –que parecen haber sido más relevantes para los santacruceños- sino porque el contexto electoral nacional beneficia principalmente al gobierno de Mauricio Macri.
El FpV ha llegado a una encrucijada. Con la mayoría de los votantes volcados hacia Cambiemos a lo largo del país, la única alternativa posible para retener la gobernación en 2019 pasa por concentrar sus esfuerzos en el ámbito provincial más que en la denuncia al Gobierno nacional. ¿Pero cómo resolver la delicada situación macroeconómica en un contexto de debilidad política que parece anticipar una marcada crisis de liderazgo en el peronismo santacruceño? La gobernadora Kirchner tiene varios puntos que atender.
*Por Juan Manuel Moyano Larrazábal, Universidad de Buenos Aires. Investigador de Cuadernos Electorales de CIPPEC.