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La Pampa, con un escenario inesperadamente tenso

En el informe electoral anterior apuramos un resultado posible. La sorpresa nos tomó a todos y, como todo aprendizaje, en esta oportunidad no pecaremos de ansiosos. Las elecciones en La Pampa se colocaron en el centro de la escena nacional. Poco acostumbrados en la tierra del caldén, donde de 21 elecciones celebradas desde 1983 hasta la fecha, en tan solo 2 obtuvo el primer lugar un candidato o una lista no peronista.

¿Por qué adquirieron impacto nacional? Por dos razones principales. En primer lugar, porque fue uno de los escenarios provinciales en donde la nacionalización de la campaña tuvo un efecto importante en el contenido de los debates y en el tono de los discursos enunciados por los distintos candidatos. Como ya ocurrió en las PASO, las elecciones generales del próximo domingo quedarán circunscriptas a la pelea por el primer lugar entre Cambiemos (coalición electoral que integró al FREPAM histórico de la provincia junto con el PRO) y el Partido Justicialista. Las restantes 4 listas que se presentan (una fracción del FREPAM que no acordó, 2 coaliciones de izquierda y el Partido Humanista) corren con pocas chances de entrar en el cuadrilátero principal.

El tono de la campaña estuvo teñido por la competencia entre las dos principales listas. Eso se vio condimentado por un poco de mala fe y algo de barro. A las tradicionales peleas entre peronistas y no peronistas, se sumaron acusaciones cruzadas de ataques personales a referentes de cada espacio. Mientras que Martín Maquieyra (candidato de Cambiemos) acusó al PJ de agredirlo en plena campaña a través de un video viralizado en redes sociales, Ariel Rauschenberger (candidato del PJ) se defendió con otro video desmintiendo el ataque. Para subir la temperatura, el referente peronista provincial acusó a la Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación de intervenir en el debate digital con los famosos “trolls” y “bots” que operan desde la Casa Rosada.

Las principales propuestas de cada candidato se limitaron a expresar su apoyo o rechazo a las políticas del Gobierno Nacional, con escasas intervenciones en torno a cómo atender problemas concretos de la provincia. Sí hubo una sorpresa atractiva, donde se vislumbró el alto componente nacional de la campaña electoral: la novedad vino dada por dos debates televisivos entre todos los cabezas de lista de cada agrupación. Donde otros distritos no pudieron, La Pampa lo logró.

La segunda razón de estas tensiones en plena campaña surge porque en estas elecciones legislativas nacionales está en juego un delicado balance de un Congreso Nacional fragmentado sin una clara mayoría coalicional. Cada poroto cuenta, y así lo perciben los actores. Quien obtenga el primer lugar logrará sumar dos diputados a su bloque en el Congreso Nacional, quedando el segundo con la tercera banca en disputa. En un escenario donde Cambiemos se apresta a reforzar su lugar como primer interbloque de la Cámara de Diputados, acercarse lo más posible al preciado número de 129 legisladores es lo que quita el sueño a Emilio Monzó, Nicolás Massot, Mario Negri y todo el Gabinete Nacional. FREPAM-Cambiemos puede ayudar a conciliarlo.

El PJ, por otro lado, se va encaminando hacia un debate sobre su liderazgo nacional y espera que un bloque más numeroso (pero unificado) pueda funcionar como plataforma para posicionar un candidato presidencial en el 2019. Los peronistas pampeanos son conscientes de que es la discusión que se viene, y no quieren quedarse fuera de la mesa de negociaciones. Más aún, con el Gobernador Carlos Verna abiertamente enfrentado al Gobierno Nacional. Para peronistas y PRO-radicales, el segundo diputado es más preciado que el primero.

Una tercera razón sobre la importancia de estas elecciones tiene carácter más provincial que nacional: el escenario actual anticipa la disputa provincial por la titularidad del Poder Ejecutivo provincial en dos años. Si, como están convencidos en FREPAM-Cambiemos, el electorado pampeano cambió y está dispuesto a quedarse, entonces una nueva victoria en este ciclo electoral 2017 puede vaticinar una elección aún más peleada en 2019. El PJ provincial también es consciente de esta situación y por eso muestra los dientes. Todo lo que tiene va a parar al asador.

Si el escenario que se abre en el período 2017-2019 es una nacionalización de todos los ámbitos del debate político, entonces La Pampa entró bien posicionado en el pool de provincias. Por estos motivos, las elecciones del próximo domingo no serán una más de la tanda democrática. Todo lo contrario.

*Por Facundo Cruz, docente e investigador (UBA/UNSAM). Investigador de Cuadernos Electorales de CIPPEC.

La opinión del autor no refleja necesariamente la posición de todos los miembros de CIPPEC.