Novedades

La Pampa: una de las sorpresas nacionales

La jornada electoral de ayer nos tomó a varios desprevenidos. Provincias como Córdoba, Neuquén, Santa Cruz y San Luis entraron en las perlas de los batacazos. La Pampa también.  La estabilidad con tradición de la semana pasada ahora nos deja mal parados (ver informe pre electoral). Quien hubiera pensado que esto ocurriría luego de 20 elecciones celebradas desde 1983 entre PASO y generales con una sola victoria no peronista en 1985 a manos de la Unión Cívica Radical (UCR). Bueno, la segunda ocurrió ayer domingo en el 21° comicio con FREPAM-Cambiemos. En ciencias sociales, esto rompe una regularidad sólida.

Las novedades del domingo electoral pampeano se centran dos planos: en la competencia entre partidos políticos y coaliciones, y al interior de estos actores.

La competencia entre actores

Lo primero para mencionar es que la regla del 1,5% de los votos válidos (positivos más blancos) que exige la ley para participar de las elecciones en octubre no aplicó para nadie. Las 6 agrupaciones que se presentaron a competir se ubicaron por encima de ese valor establecido en el umbral: desde el 49,2% de Cambiemos hasta el 1,8% del Partido Socialista de los Trabajadores (PTS, en representación del FIT) tendrán dos meses más de campaña. Y aún tres cargos a diputados nacionales para repartirse.

Además, la competencia volvió a comprimirse entre menos opciones electorales. Tomando en cuenta el Número Efectivo de Partidos[1] de las PASO en años anteriores, 2017 vuelve a poner a La Pampa en la senda del bipartidismo (2,54). Más cercano al 2,76 de las PASO 2013 que a los 3,26 de las PASO 2015. De vuelta a los valores históricos. Algo de tradición queda.

Pero tal vez el dato más llamativo sea la pérdida progresiva de votos del PJ y la concurrente ganancia opositora. Comparando solo las PASO entre sí, desde el año 2013 que el Peronismo pampeano ve reducirse la cantidad de votos totales y la proporción de votos que obtiene: 8.360 votos menos entre 2015 y 2013 (-7,3%) y más de 15.000 votos perdidos entre 2017 y 2015 (-4,1%). Por otro lado, FREPAM-Cambiemos fue en la dirección opuesta: ganancia de casi 9.000 votos entre 2015 y 2013 (+2%) y más de 32.000 entre 2017 y 2015 (+17,4%)[2]. Esos votos no son solo peronistas.

Un anticipo de esto nos lo dio la reducción del margen de victoria en las elecciones mencionadas. Entre primero y segundo, la distancia pasó del 18% en 2013 al 8,9% en 2015. En esta PASO 2017, fue del 10,7%.

La competencia dentro de los actores

Dónde dimos en el clavo fue en la atención que concentrarían las dos principales coaliciones electorales en sus propias definiciones internas. En lo que respecta al PJ, la esperable victoria de la lista que obtuvo los apoyos provinciales pesados se mostró en números. El 78,3% de los votos peronistas fueron para la encabezada por Ariel Rauschenberger. Además, fue la lista más votada a nivel general con el 30,2% de los votos válidos. Acá, hubo pocas sorpresas.

FREPAM-Cambiemos, en cambio, sí las tuvo. La dura disputa entre los referentes radicales de Santa Rosa en “Renovación y Cambio”, y “Juntos por La Pampa” dejó servido en bandeja el primer lugar para “Cambiar La Pampa”[3]. La lista encabezada por el Diputado Nacional Martín Maquieyra, fuerte en General Pico, obtuvo el 43% de los votos de la coalición y el 21% de los votos válidos (2° lugar en la general)[4]. Martín Berhongaray alcanzó el 30,7% de los votos internos, mientras que Francisco Torroba el 25,9% (ambos se repartieron el 27,9% del voto radical en la general). No habrá radicales en octubre. Gruñen en Alsina al 1700 y sonríen tibiamente en Casa Rosada.

En un tercer lugar y muy relegado quedó el Frente Progresista Pampeano (FPP), con el 4,4% de los votos en la general distribuidos entre dos listas. El GEN resultó ganador con la lista de Juan Carlos Passo, sobre el PS de Luis Solana. El Partido Humanista, Izquierda al Frente por el Socialismo y el PTS (FIT) completaron la tabla.

Para el final, el debate sobre la competitividad. Tal como mencionamos, la interna del PJ estaba cantada: 67% de diferencia entre primera y segunda lista. La pelea se produjo en FREPAM-Cambiemos (12,2% de diferencia) y FPP (9,33%).

¿Escenarios posibles en dos meses? Abierto e imprevisible. Muy distinto al de la semana pasada. El desafío del PJ es recuperar y ampliar su base electoral, luego de 34 años (cuasi) ininterrumpidos de victorias. FREPAM-Cambiemos, en cambio, deberá contener los propios y no mostrar fisuras. Como en el nivel nacional.

*Por Facundo cruz,  docente e investigador (UBA/UNSAM). Investigador de Cuadernos Electorales de CIPPEC.

La opinión del autor no refleja necesariamente la posición de todos los miembros de CIPPEC.
[1] El Número Efectivo de Partidos (NEP) calcula la cantidad de partidos que son “verdaderamente” competitivos a partir del porcentaje de votos que obtiene cada uno en una elección determinada y en un distrito particular. El índice arroja un valor que no es necesariamente un número entero, cuyo resultado es la ponderación de cada partido político a partir de los votos que obtiene. Mientras más alto es el NEP, más fragmentado el sistema de partidos dado que las preferencias electorales se distribuyen entre más partidos; mientras más chico, menos fragmentado y, por ende, menos son las opciones competitivas o atractivas para el electorado.
[2] Resulta necesario recurrir a votos totales para entender la magnitud del cambio. Una sola salvedad. En la elección del año 2013 UCR (dentro de FREPAM) y PRO (presentado como Alianza Propuesta Federal) fueron separados. Si tomamos en cuenta la sumatoria de esos votos de manera puramente matemática, FREPAM (UCR+PRO+otros) perdió 10.752 votos totales entre ambas PASO (-7,9% de la proporción de votos válidos).
[3] Finalmente, hubo una sola lista PRO “pura”, dada la decisión de Darío Casado de no presentarse en las elecciones PASO celebradas el día de ayer.
[4] De consultas telefónicas realizadas a distintos analistas locales, el buen desempeño de Maquieyra se debió a una combinación de hartazgo con la gestión “peronista” provincial de las últimas décadas, sumado a una excelente campaña en su distrito (General Pico) y en los pueblos del norte. Éstos últimos, casualmente, muy castigados por las inundaciones de este año.