Los dueños de la pelota: las elecciones en los municipios del conurbano bonaerense
Por Josefina Mignone y Belén Abdala, Coordinadora y Analista de CIPPEC.
Desde 1983 a la fecha, en el conurbano bonaerense se realizaron 200 elecciones municipales. Avalados por la normativa electoral de la provincia que habilita la reelección indefinida de sus ejecutivos, los intendentes cuentan con la posibilidad de competir y ser reelectos cuantas veces quieran. Si compiten, ganan. De los 131 casos en los que el intendente electo buscó mantenerse en el poder, logró renovar su mandato 104 veces (79%).
Así, el intendente oficialista tendió a ser el gran ganador del período en el conurbano: 9 de los 24 municipios cuentan con menos de tres recambios en sus ejecutivos. El cambio, en la mayoría de los casos, aparece cuando el oficialista decide no competir.
El efecto de competir, 1983-2015 (En %)
Fuente: CIPPEC, 2016.
El peronismo aglomera a los principales ganadores. Más allá del nombre del partido, su predominio es claro: ganó el
El peronismo aglomera a los principales ganadores. Más allá del nombre del partido, su predominio es claro: ganó el 75% de las elecciones del conurbano bonaerense. Esta tendencia fue acentuándose en el tiempo aún con la aparición de nuevos partidos vecinalistas y de orden nacional.
Control partidario de los municipios por ciclo electoral (En %)
Fuente: CIPPEC, 2016.
Pero un partido puede predominar en el marco de elecciones que se definen por diferencias mínimas. En el conurbano, la brecha entre el primer y segundo candidato a intendente más votado aumenta en cada ciclo electoral. Los menores niveles de competitividad parecen indicar que a medida que suceden las elecciones, quienes fueron derrotados contaron con menores oportunidades de ganar. Esto podría asociarse con un factor personalista. En dicho escenario, el intendente oficialista y el peronismo casi siempre se logran imponer.
Ser oficialista puede entonces tener un impacto en la permanencia en el cargo de los ejecutivos locales por diversos mandatos. Estudios previos realizados por CIPPEC muestran que en las provincias argentinas, la cancha está inclinada: los oficialismos ganan elecciones con más frecuencia que la oposición, con un componente personal (Schiumerini y Page, 2012). En el conurbano, todo parece indicar que la derrota del ejecutivo municipal también es muy difícil. ¿Existen factores estructurales que inciden sobre los resultados electorales? ¿Se trata de ventajas oficialistas? ¿Son entonces las condiciones de la competencia equitativas para todos los candidatos?
Hoy se discute en la legislatura de la provincia de Buenos Aires los límites a la reelección indefinida de los intendentes. La falta de alternancia tiene consecuencias sobre el sistema político. Si queremos que la competencia sea más equitativa, la discusión por las reglas del juego no puede omitir la existencia de estas asimetrías.