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Por María Esperanza Casullo

Neuquén: el MPN frente a dos polos nacionalizados

El 22 de octubre se definirá la elección legislativa que tuvo su “primera ronda” en las PASO de agosto pasado. En Neuquén, lo más interesante de la elección se dará en la competencia entre las tres listas que resultaron más votadas: en las PASO Cambiemos obtuvo el 24,8% de los votos totales, contra el 22,6% del MPN (aunque la candidata del MPN fue quien obtuvo más votos individualmente); Unidad Ciudadana para la Victoria le ganó ajustadamente el tercer lugar al Frente Neuquino de Ramón Rioseco por 17,94% a 17,91%. (El candidato massista tuvo una elección sorprendentemente mala con el 2,5% de los votos.) De mantenerse guarismos similares, cada fuerza política obtendría una banca.

Cambiemos no modifició su estrategia ni su mensaje en estos meses previos a las elecciones generales. (¿Para qué cambiar lo que funciona?) Continuó con una campaña muy nacionalizada, que incluyó una visita del presidente Mauricio Macri a inaugurar un puente sobre el Río Neuquén (aunque la ruta de acceso al puente no esté totalmente terminada, bien valía la foto en la campaña) y el protagonismo del intendente de Neuquén, Horacio “Pechi” Quiroga, ya lanzado a ser el candidato a la gobernación del 2019 por el macrismo.

El partido gobernante, el Movimiento Popular Neuquino tuvo un giro algo más pronunciado en su mensaje. Si bien no es ésta la primera vez que el MPN pierde elecciones legislativas (perdió elecciones a diputados  en 1985, 1997, 2011 y 2015, aunque ganó en 2013), el MPN tomó nota del crecimiento de Cambiemos en tres ciudades claves: la capital (en donde se concentra gran parte del padrón provincial), Villa La Angostura y San Martín de los Andes. (Los bastiones del MPN en el centro y norte provincial, si bien siguen siendo fieles, tienen mucho menor crecimiento demográfico.), el MPN en las últimas semanas abrió un frente de conflicto con Cambiemos al rechazar de plano la injerencia del gobierno nacional en la caja jubilatoria provincial y plantear un nuevo slogan “Digamos No a Cambiemos.” El MPN funcionó como un aliado del macrismo nacionalmente; el riesgo es que esta cercanía lo desperfile de cara al 2019; sin embargo, el gobierno provincial tampoco puede romper con Cambiemos cuando necesita financiarse en  mercados. Este será el difícil acto de equilibrio de los próximos dos años.

Por otra parte, Unidad Ciudadana para la Victoria y su candidato Darío Martínez se vieron energizados por la victoria, ajustada pero victoria al fin, sobre Ramón Rioseco. Con muchos menos recursos que Cambiemos y el MPN, Unidad Ciudadana para la Victoria está haciendo una campaña basada en unidad de las organizaciones peronistas y kirchneristas y en un mensaje sencillo: representar oposición al gobierno nacional. En una provincia en donde ganó Scioli en el 2015 y cuyos sectores claves, como el petróleo y la fruticultura, no han sido favorecidos en el cambio de matriz económica, existe un sector importante (si bien no mayoritario) que opta por este mensaje. El Frente Neuquino de Ramón Rioseco también busca representar este sector, aunque puso su foco en provincializar la elección y confrontar con el MPN. Esto tal vez no fue efectivo en una elección bastante nacionalizada. Se espera que UCPV aumente su distancia con Rioseco.

En definitiva, en Neuquén parece darse un proceso de simplificación del espacio político mediante el ascenso del clivaje gobierno nacional/oposición nacional. Esto ayuda a comprender el primer lugar de Cambiemos y el (relativo) buen tercer lugar de Unidad Ciudadana. Frente a estos polos nacionalizados el MPN intentará una vez plantear la “defensa de intereses neuquinos” frente a la intromisión de la voracidad porteña, pero sin romper con Cambiemos.

*Por María Esperanza Casullo, docente e investigadora de la Universidad Nacional de Río Negro. Investigadora de Cuadernos Electorales de CIPPEC.

La opinión del autor no refleja necesariamente la posición de todos los miembros de CIPPEC.