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Por Jacqueline Behrend

Repunte de Rodríguez Saá en San Luis

Los resultados de las elecciones legislativas en San Luis fueron una de las sorpresas más llamativas de este domingo electoral. Adolfo Rodríguez Saá (Frente Unidad Justicialista), que había perdido en las PASO contra Claudio Poggi (Frente Avanzar y Cambiemos), logró revertir el resultado negativo y ganó las elecciones nacionales con más de doce puntos de diferencia. Con esto se cayó el sueño de la oposición local (y del oficialismo nacional) de poner fin a la hegemonía de los hermanos Rodríguez Saá en San Luis.

La victoria de Adolfo Rodríguez Saá, histórico ex gobernador de San Luis y hermano del actual gobernador, fue tan contundente como en agosto lo fue su derrota. Por primera vez desde 1983, uno de los hermanos Rodríguez Saá se enfrentó a un contrincante que tenía posibilidades reales de ganarle una elección. El adversario fue Claudio Poggi, un ex gobernador peronista del riñón de los Rodríguez Saá que hizo toda su carrera política de la mano de los hermanos pero se convirtió en opositor después de dejar la gobernación en diciembre de 2015. Al poco tiempo de crear su propio partido político, Avanzar, Poggi selló una alianza este año con Cambiemos esperando que su buena imagen como gobernador y el envión del gobierno nacional le permitieran convertirse en una alternativa a los Rodríguez Saá. Ante un escenario verdaderamente competitivo, el electorado de San Luis envió una señal clara al oficialismo local en las PASO y Poggi obtuvo una victoria abrumadora de más del 57 por ciento de los votos (contra el 38 por ciento de Rodríguez Saá).

¿Qué pasó en los dos meses entre las PASO y las elecciones legislativas? A partir del 14 de agosto, Adolfo Rodríguez Saá salió a hacer política en el territorio y su hermano Alberto, el actual gobernador, hizo política desde el estado provincial. En apenas dos meses abrieron 400 merenderos para chicos en la provincia y, según algunos medios locales, anunciaron la intención de abrir muchos más; Adolfo convocó a los puntanos por Facebook a que le dijeran en qué se había equivocado el gobierno provincial y llamó por teléfono y visitó en sus casas a quienes le respondieron. Salió a recorrer las calles y los barrios, y se volvió a acercar al electorado. Fue una política cara a cara, acompañada de recursos y acciones del estado provincial.

Pero esto no fue todo. San Luis se caracterizó siempre por un fuerte orgullo provincial (que no es sólo retórica del gobierno local) y un cierto aislamiento de la política nacional. En el tiempo entre las PASO y las elecciones legislativas, el conductor televisivo Jorge Lanata emitió un informe sobre San Luis que, en lugar de deslegitimar a los hermanos Rodríguez Saá como se proponía, tuvo, en San Luis, el efecto contrario: reavivó el orgullo provincial y el sentimiento de distancia con lo que ocurre en la Capital.

De todos modos, Avanzar y Cambiemos obtuvo el 43 por ciento de los votos para diputados nacionales, lo cual significa que estas fueron unas de las elecciones más equilibradas desde fines de los ochenta. Aunque este equilibrio no implicará demasiada ganancia en el Congreso nacional, ya que sólo había tres bancas para diputados nacionales en juego.

También la elección provincial le dio un amplio margen al oficialismo local. Estaban en juego 22 bancas de diputados provinciales y cuatro de senadores provinciales. El Senado provincial seguirá siendo monocolor, ya que el Frente Unidad Justicialista ganó ampliamente en los cuatro departamentos donde se renovaban bancas. Donde se modifica mínimamente el equilibrio es en la Legislatura, donde Avanzar y Cambiemos obtuvo nueve de las 22 bancas que se renovaron, según los datos del escrutinio provisorio. Sólo en un departamento, Junín, el Frente Avanzar y Cambiemos logró imponerse sobre el Frente Unidad Justicialista.

En definitiva, después de un desafío importante, los hermanos Rodríguez Saá volvieron a dar pruebas de su capacidad para mantener la hegemonía provincial. Sin embargo, el proceso electoral de 2017 muestra que pueden ser desafiados y que, en todo caso, no pueden confiarse del apoyo que históricamente tuvieron.

*Por Jacqueline Behrend, Profesora de la Universidad Nacional de San Martín, Investigadora del CONICET e Investigadora de Cuadernos Electorales de CIPPEC.