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Tucumán: un empate con dos ganadores

 La elección general que definió quienes serán los 4 nuevos diputados que representarán a la provincia de Tucumán en el Congreso de la Nación arroja resultados que pueden leerse de distinta manera. El oficialismo provincial puede festejar por su victoria en la provincia (más de 14 puntos lo separa de su principal contrincante). Pero la principal fuerza de la oposición también puede celebrar, con el argumento de haber conquistado una segunda banca.

Entonces, un primer dato es que la correlación de fuerzas partidarias no se modificará: el oficialismo, bajo la etiqueta del Frente Justicialista – con el 47% de los votos-  ganó dos bancas (que corresponden al vice gobernador Osvaldo Jaldo y la legisladora Gladys Medina) y Cambiemos para el Bicentenario – habiendo alcanzado el 32.5%- otras dos: la del líder del espacio  -el radical José Cano- y la de Beatriz Ávila – de un sector disidente del peronismo provincial. Sin representación parlamentaria quedaron Fuerza Republicana (16%) y el FIT (4.8%).

Una comparación con los resultados de las PASO muestra además que la lista peronista fue la única fuerza cuya participación cayó entre los dos turnos (6.1 pp). En tanto Cambiemos y el FIT sumaron cerca de 1.5 puntos porcentuales y FR más de 6 puntos porcentuales (que muestran la vigencia del partido fundado por el Ex Gobernador condenado por crímenes de lesa humanidad, a quien se le impidió asumir una banca de diputado nacional y el cargo de Intendente de la capital tucumana por esas causas). Estas variaciones explican por qué el oficialismo provincial no pudo quedarse con una mayoría de escaños; resultado que esperaban luego del escrutinio de las primarias.  Desde esta perspectiva, un empate con sabor a victoria de la oposición.

Pero otra lectura de los resultados es posible. Una que se basa en la ventaja que el peronismo provincial obtuvo sobre su rival (y ante el gobierno nacional), sobre todo cuando se observa a la luz del resto de los resultados en el país. En un mapa que se pinta mayoritariamente de amarillo, el azul de Tucumán representa a la mayor cantidad de votos de un peronismo en el gobierno. Este no es un dato menor a la hora de pensar posibles escenarios de realineamientos políticos en la interna del justicialismo de cara a la futura elección presidencial en 2019. Si los votos que cada peronismo provincial puede llevar a una mesa del partido son relevantes en una futura discusión sobre las estrategias a seguir, los tucumanos cuentan con un fuerte aval para hacer oír su voz.

Esta ventaja del oficialismo provincial por sobre la lista apoyada por la Casa Rosada parece confirmar además la prevalencia del discurso de campaña del peronismo: la defensa de los intereses de los tucumanos frente a las políticas impulsadas por el gobierno nacional. Pero, al mismo tiempo, la caída en la proporción de votos del Frente Justicialista -de las PASO a las generales- y el no haber conseguido una pluralidad de bancas, refuerzan la idea de que esta elección terminó en empate, pero con dos ganadores.

*Por Juan Pablo Ruiz Nicollini, UTDT. Investigador de Cuadernos Electorales de CIPPEC.