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Un PASO adelante del Frente Justicialista en Tucumán

Varios son los elementos a destacar de las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) en Tucumán. En primer lugar, con un 79% la provincia encabezó el ranking de participación a nivel nacional (que promedió 73%). Indicador de que los votantes están dispuestos a ir a las urnas -a pesar de que solo uno de los espacios presentaba alternativas-, en contraste con el extendido discurso de las últimas semanas en contra de esta institución (e incluso de las elecciones de medio término).

En segunda instancia, también podemos destacar algunos de los efectos mecánicos de las PASO. Por un lado, los electores premiaron a la  oficialista “Celesta y Blanca” – encabezada por el vicegobernador Jaldo, que cosechó el 89% de los votos de la interna- que competía con otras 8 listas dentro de la interna del “Frente Justicialista”. Por el otro, solo cuatro de los espacios que presentaron pre candidaturas estarían en condiciones de competir en las generales de octubre: “Cambiemos para el Bicentenario” – encabezada por el radical José Cano-, “Fuerza Republicana” – liderada por Rircardo Bussi- y el “Frente de Izquierda y de los Trabajadores”. Las otras tres no superarían el umbral del 1.5% de votos necesarios.

Si bien se trata de comicios que definen la selección de candidaturas previas a la elección general, que distribuirá las cuatro  bancas que renueva la provincia en la Cámara de Diputados de la Nación, una proyección de los resultados puede ayudarnos a pensar el escenario futuro.

El oficialismo alcanzó un 52% de los votos – sumando los apoyos de las 9 listas internas. “Cambiemos”, el principal contrincante, cosechó el 31%. En 2015 los resultados habían sido algo parecidos para el oficialismo: tanto en las internas como en las generales. En tanto, Cambiemos mejoró su performance respecto de las internas: dos años atrás habías cosechado el 22% de los apoyos en las primarias y 33% en las generales. Por último, vale remarcar la reaparición de “Fuerza Republicana”, lista encabezada por el hijo del genocida Bussi, que obtuvo casi 10% de los votos; su mejor elección desde el año 2003.  El crecimiento de estos dos espacios, mientras el oficialismo se mantiene constante, puede explicarse por transferencias desde otras fuerzas y, sobre todo, por la disminución de “votos blancos”, que pasaron de 17% en 2015 a 3% en estos comicios.

De repetirse estos resultados en octubre el oficialismo obtendría 3 bancas y “Cambiemos” una, lo que significa un duro golpe para el socio peronista de la alianza opositora – el intendente capitalino Germán Alfaro-, quien logró ubicar en la segunda posición a su esposa Beatriz Ávila.

En términos geográficos los resultados presentan un patrón similar a elecciones previas. La oposición gana en sus dos bastiones: Yerba Buena y San Miguel de Tucumán (ampliando un poco el margen de diferencia conquistado en 2015, presumiblemente por el aporte de la pata peronista de lista) y el oficialismo en el resto de la provincia.

Aunque no es estrictamente comparable, otra es la imagen cuando se analizan los caudales de votos de esta elección con la elección por la gobernación dos años antes. Este fue el criterio de comparación de la campaña de Cambiemos: disminuir la diferencia de cien mil votos que hubo entre Cano y el gobernador Manzur en las conflictivas elecciones provinciales de dos años atrás. En efecto, los resultados del domingo se asimilan más a los de las PASO 2015 –donde el peronismo superó más holgadamente a Cambiemos- que a la elección por la gobernación.

De esta manera, las PASO se convirtieron en un traspié para Cano, quien busca en estas elecciones tomar impulso para la competencia por la gobernación en 2019. Contrariamente, un espaldarazo para el oficialismo que basó su campaña en una defensa cerrada de Tucumán frente al gobierno nacional y sus políticas. Y, dados los resultados en el resto del país, esto se torna más valioso de casa a los posibles realineamientos del peronismo con miras a la próxima elección presidencial.

*Por Juan Pablo Ruiz Nicollini, UTDT. Investigador de Cuadernos Electorales de CIPPEC.

La opinión del autor no refleja necesariamente la posición de todos los miembros de CIPPEC.