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18.06.2018

Tiffany D. Barnes y Abby Córdova

¿Cuánto apoyo podemos esperar de los ciudadanos argentinos a la paridad de género?

Por Tiffany D. Barnes y Abby Córdova

Universidad de Kentucky

La Cámara de Diputados de la Nación sancionó la Ley 27.412 de paridad electoral a fines de 2017. La nueva norma exige que las listas legislativas nacionales incluyan un 50% de personas de cada género en forma alternada y secuencial por binomios (varón-mujer o mujer-varón). El proyecto había sido aprobado por el Senado un año antes y la sanción se logró en la cámara baja gracias a la presión de diputadas de diferentes extracciones políticas. A partir de las elecciones de 2019, la regla de paridad reemplazará el cupo del 30% que rigió durante 25 años.

Tanto las cuotas como la paridad de género son reglas que buscan fortalecer la representación de las mujeres en el poder legislativo. Dado que se trata de medidas de igualdad política ampliamente utilizadas en el mundo, resulta importante analizar la opinión de los ciudadanos sobre ellas e identificar los factores que determinan el apoyo hacia su implementación. Por eso, en nuestro artículo titulado, “Making Space for Women: Explaining Citizen Support for Legislative Gender Quotas in Latin America”, publicado en Journal of Politics (JOP), abordamos precisamente estas preguntas.  En esta nota, presentamos algunos de nuestros principales hallazgos y analizamos qué tanto apoyan los argentinos la adopción de políticas destinadas a fortalecer la representación política de las mujeres.

¿Cuán de acuerdo están los ciudadanos con las cuotas de género en Latinoamérica y el Caribe?

Nuestro estudio es el primero en realizar un análisis sistemático de las opiniones de los ciudadanos sobre las cuotas de género en Latinoamérica y el Caribe. Para evaluar el grado de apoyo ciudadano a las cuotas, utilizamos una pregunta incluida en la encuesta de 2012 del Proyecto de Opinión Pública para América Latina (LAPOP por sus siglas en inglés), realizada en 24 países. Se consultó a los encuestados qué tan de acuerdo estaban con la siguiente afirmación: “El Estado debe exigir que los partidos políticos reserven algunos espacios para mujeres en sus listas de candidatos, aunque esto implique excluir a algunos hombres“(en una escala donde 1 es total desacuerdo y 7 total acuerdo).

La respuesta promedio de toda América Latina es de 4,94 sobre 7, lo que indica que la mayoría de los encuestados está de acuerdo con la adopción de cuotas de género. Sin embargo, la percepción favorable no es homogénea en toda la región. El apoyo promedio a las cuotas oscila entre un mínimo de 3,73 en Trinidad y Tobago y un máximo de 5,95 en El Salvador. La Figura 1 muestra la distribución de las respuestas en los 24 países incluidos en la muestra.

 Figura 1. Distribución de frecuencias: Apoyo a las cuotas de género por país

 

¿Qué factores explican las diferencias en el apoyo ciudadano a las cuotas de género dentro y entre países de América Latina?

Nuestro argumento es que dos factores principales condicionan el nivel de apoyo ciudadano a las cuotas o cupos de género: 1) las preferencias ciudadanas sobre el grado de intervención del gobierno en la sociedad, incluyendo su rol en la implementación de políticas sociales y 2) el desempeño de los gobiernos en un país. Nuestros resultados sugieren que el primer factor, las preferencias ciudadanas sobre el papel del gobierno, tiene un mayor impacto en el nivel de apoyo a los cupos de género entre las mujeres. Mientras tanto, el segundo factor, la calidad de los gobiernos en el país, tiene un mayor impacto en el nivel de apoyo a los cupos de género entre los hombres. A continuación explicamos en mayor detalle estos dos resultados principales.

En primer lugar, encontramos que las opiniones de los ciudadanos sobre el papel del gobierno en la sociedad son determinantes para el apoyo a las políticas de cuotas de género. Estas opiniones ayudan a explicar por qué algunos ciudadanos en un mismo país apoyan más o menos las cuotas de género. Una de las preguntas de la encuesta indaga las opiniones de los ciudadanos sobre la responsabilidad del gobierno –comparada con la de los individuos o el sector privado-en asegurar el bienestar de las personas, la creación de empleos, la reducción de la desigualdad de ingresos y la provisión de servicios de salud. En consonancia con nuestra expectativa, en general, un fuerte apoyo a la participación del gobierno en la mejora de la vida cotidiana de los ciudadanos en estas cuatro áreas coincide con un mayor apoyo a las cuotas de género. Además, encontramos que esta relación es más fuerte entre las mujeres que entre los hombres. Esto podría explicarse porque las mujeres son más propensas que los hombres a atribuir las disparidades de género a un trato injusto (y no a decisiones propias o personales de las mujeres). Esto las hace más proclives a apoyar la intervención gubernamental en pos de garantizar la igualdad de género. La Figura 2 ilustra este resultado: representa la probabilidad esperada de expresar apoyo a las cuotas en el eje y, y el apoyo a la intervención del gobierno en cuestiones sociales en el eje x.

Figura 2. Efecto de las preferencias ciudadanas sobre el papel del Gobierno en el apoyo a la cupos de género

   

Fuente: Elaboración propia en base a estudio sistemático sobre cuotas de género.

En segundo lugar, encontramos que los ciudadanos toman en cuenta información sobre su contexto nacional al responder sobre su apoyo a las cuotas de género. Las diferencias entre países en el nivel de apoyo a las cuotas se explican en gran medida por la calidad de los gobiernos en el país. Usamos como indicador de la calidad de los gobiernos el índice de capacidad gubernamental del Banco Interamericano de Desarrollo que captura el desempeño en diferentes áreas de política pública (Chuaire y Scartascini, 2014).

El desempeño de los gobiernos sirve como pista a los ciudadanos al momento de decidir su nivel de apoyo a las cuotas. Allí donde los ciudadanos consideran que los gobiernos no han sido de calidad, expresan menos apoyo a políticas de género porque tienen menos confianza que esto traerá mejoras sustanciales en la calidad de vida en su país. Además, los hombres están más inclinados a recurrir a esta información contextual que las mujeres. Dado que los hombres son menos propensos a considerar que las políticas de género sirven a sus intereses individuales, sus preferencias sobre las cuotas de género están más condicionadas por aspectos contextuales, tales como la calidad de los gobiernos, que por sus valoraciones sobre los efectos de estas políticas.

En países donde el desempeño de los gobiernos ha sido de mayor calidad, los hombres en particular se vuelven más confiados de que las cuotas de género impuestas legalmente podrían ser una buena idea. La Figura 3 muestra esta relación. La probabilidad de expresar un alto apoyo a las cuotas se muestra en el eje y, en tanto el eje x señala el desempeño de los gobiernos en los 24 países incluidos en la muestra, teniendo en cuenta el índice de capacidad gubernamental. Los resultados reflejados en la Figura 3 indican que en aquellos países donde históricamente los gobiernos han tenido un mejor desempeño, tanto hombres como mujeres muestran un apoyo alto a las cuotas, y las diferencias en el apoyo entre hombres y mujeres desaparecen.

Figura 3. Efectos del desempeño de los gobiernos sobre el apoyo a las cuotas de género

 

Fuente: Elaboración propia en base a estudio sistemático sobre cuotas de género.

Ley de paridad y apoyo ciudadano a la ley de paridad

A la luz de estos hallazgos, nos preguntamos sobre sus implicancias para el caso argentino. ¿Podemos esperar que la ciudadanía argentina apoye la recientemente sancionada ley paridad de género nacional en las listas de candidatos?

Los resultados presentados anteriormente sugieren que la legislación de paridad en Argentina probablemente encuentre un amplio respaldo ciudadano. En primer lugar, en Argentina, el apoyo de la ciudadanía a las cuotas legislativas de género es relativamente alto. De hecho, la Figura 4 muestra que en una escala de siete puntos la respuesta promedio en Argentina fue de 5,16 (desviación estándar = 1,87) y la respuesta más frecuente fue 5. Esto indica que muchos argentinos apoyan las cuotas de género hasta cierto punto. Para ilustrar esta tendencia, la Figura 4 muestra la distribución de las respuestas en toda la Argentina. Como se puede observar, mientras que sólo el 7,25% de los encuestados dijeron estar totalmente en desacuerdo con esta afirmación, el 36,30% de los encuestados señalaron estar muy de acuerdo.

Figura 4: Apoyo a las cuotas de género en Argentina

 

Fuente: Elaboración propia en base a estudio sistemático sobre cuotas de género.

Resulta igualmente importante el hecho de que esta tendencia era similar en un gran número de provincias. En 2012, LAPOP encuestó ciudadanos en 11 de las 24 provincias. En todas ellas, los encuestados manifestaron un nivel alto de apoyo a las cuotas. La Figura 5 muestra el porcentaje de encuestados en cada provincia que manifestaron un alto nivel de apoyo a las políticas que exigen a los partidos políticos la inclusión de mujeres en su lista de candidatos (respuestas de 5 o más sobre 7). El nivel de apoyo en las 11 provincias varía desde un mínimo de 52% en Salta y 57% en Santiago del Estero hasta un máximo de 79% en Tucumán y 77% en La Pampa. Sin embargo, es importante destacar que estos números no son necesariamente representativos a nivel de provincia, dado que la encuesta de LAPOP es representativa pero a nivel nacional. Dicho esto, la tendencia que observamos a nivel de provincias es clara. Es evidente que incluso allí donde el apoyo a las cuotas es más bajo, por lo menos la mitad de los ciudadanos entrevistados manifestó un alto nivel de apoyo a las cuotas.

Figura 5: Apoyo a las cuotas de género en las provincias argentinas

Fuente: Elaboración propia en base a estudio sistemático sobre cuotas de género.

Todo indica que podemos esperar un alto nivel de apoyo ciudadano a la paridad de género en Argentina.

Dado que el nivel de apoyo a las cuotas legislativas es relativamente alto, es probable que esta tendencia se mantenga y que la paridad de género cuente con el apoyo de una porción mayoritaria de la ciudadanía. No sólo vemos que los ciudadanos argentinos, en promedio, manifiestan un alto apoyo a las cuotas, sino que también en Argentina parece haber un alto nivel de acuerdo con la intervención del gobierno en la sociedad para garantizar derechos (la respuesta promedio fue de 6) y un desempeño de los gobiernos relativamente alto en comparación con el resto de la región. Nuestro estudio demuestra que ambos factores –acuerdo con la intervención del gobierno en la sociedad y desempeño de los gobiernos (medido por el índice de calidad gubernamental)- se asocian positivamente con un mayor apoyo ciudadano a políticas de igualdad de género, tales como las cuotas y la paridad.

Finalmente, nuestro estudio muestra que los hombres, en promedio, son menos propensos a apoyar las cuotas que las mujeres. Asumimos que probablemente este resultado se mantenga en cuanto al apoyo a la legislación de paridad de género. Dicho esto, el mayor efecto que tiene la calidad de los gobiernos sobre el apoyo a las cuotas entre los hombres sugiere que un mejor desempeño del gobierno podría también disminuir la brecha de género en el apoyo ciudadano a políticas diseñadas para mejorar la equidad de género.

Dos décadas atrás, Argentina lideró la adopción e implementación de cuotas de género. Hoy, con la adopción de la nueva legislación de paridad de género, Argentina da continuidad a su posición como uno de los países líderes en el mundo en promover la representación de las mujeres en la política. Nuestra investigación sugiere que la nueva ley de paridad nacional probablemente contará con el apoyo de un porcentaje alto de los ciudadanos de todo el país.

Si querés conocer más sobre la ley de paridad en la PBA, mirá nuestros documentos:

Mirá el mapa de los géneros con la evolución del porcentaje de mujeres en los concejos deliberantes de la PBA.

Leé más sobre paridad de género acá: