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¿Qué está en juego en las PASO de La Rioja?

En 2017 La Rioja desdobla sus comicios provinciales y nacionales. El 4 de junio, los votantes de 7 de los 18 departamentos en que se divide el distrito eligieron diputados para renovar la mitad de la Legislatura provincial (ver informe pre electoral provincial). El oficialismo local, del Partido Justicialista (PJ), se presentó dividido en diversas agrupaciones que responden al ex gobernador Luis Beder Herrera, el vicegobernador Néstor Bosetti y al intendente de la capital Alberto Paredes Urquiza, entre otros. Si bien ganó la elección, manteniendo su predominio (29 de los 35 diputados en ejercicio son oficialistas, a los que se suma uno electo en 2015 que no asumió su banca), la principal oposición, Fuerza Cívica Riojana (FCR)-Cambiemos, logró aumentar levemente su representación legislativa (de 3 a 5 bancas). El próximo domingo se llevarán adelante unas PASO sin competencia interna para elegir candidatos a senadores nacionales y 2 diputados nacionales. Actualmente todos los senadores, incluyendo a Carlos Menem, están ligados al gobierno provincial. Las 2 bancas de diputados que se renuevan corresponden una al Justicialismo y otra a la Unión Cívica Radical (UCR). Las 3 bancas restantes, que se renovarán en 2019, se distribuyen entre el Justicialismo, la UCR y el PRO.

La oferta electoral da cuenta de los cambios en la competencia local en los últimos años. En 2011 el gobierno provincial y el menemismo habían presentado listas separadas, obteniendo juntas más del 65% de los votos. Ahora ambos sectores se presentan unidos en las elecciones nacionales, con las precandidaturas de Menem y la intendenta de Arauco, María Florencia López, como senadores. Para la cámara baja, el oficialismo presentó a Danilo Flores y Silvia Gaitán. En La Rioja, la unión no representa un avance sino un retroceso del oficialismo: significa que la competencia externa al peronismo (FCR) se ha vuelto lo suficientemente fuerte como para disputarle cargos.

El hecho más resonante de la campaña fue la impugnación de la candidatura de Menem, confirmada el lunes 7 de agosto por la Cámara Nacional Electoral, sosteniendo la falta de idoneidad por haber sido condenado a 7 años de prisión y 14 de inhabilitación para ocupar cargos públicos por la venta ilegal de armas a Croacia y Ecuador. Referentes del justicialismo apelarán la medida ante la Corte Suprema de Justicia, y se llevó a cabo una movilización en la capital provincial apoyando la candidatura. Por lo pronto Menem será reemplazado por Ricardo Guerra (Ministro de Hacienda provincial y primer suplente en la lista). De todas maneras, no se cambiarán las boletas, que llevan la imagen del ex presidente.

La oposición no peronista de FCR-Cambiemos, que presenta un desafío creíble al gobierno provincial, cuenta con el apoyo del gobierno nacional. El ex Ministro de Defensa de la Nación, Julio Martínez, es primer precandidato a senador, acompañado por la diputada provincial Inés Brizuela y Doria. Los precandidatos a diputados son Julio Sahad (PRO) y Patricia Rippa (FCR). Martínez tiene una historia de éxitos electorales y cuenta con un alto nivel de conocimiento en la sociedad, aún mayor a partir de su paso por el ejecutivo nacional.

Se presentan además la Izquierda al Frente por el Socialismo, Una Rioja (que presenta solo una “lista corta” de precandidatos a diputados encabezada por el ex intendente peronista de Famatina y ex aliado de Martínez, Ismael Bordagaray), Alternativa Popular, el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) y el Movimiento Norte Grande. En ningún caso hay competencia interna.

La oferta electoral muestra que el gobierno provincial se concentra en fortalecer su posición, trascendiendo divisiones internas. Por otro lado, el gobierno nacional está asociado con una fuerza local que ha venido creciendo en la última década. Las PASO tendrán un efecto simbólico, y las elecciones de octubre le sumarán uno institucional: puede ser que en la elección la expresión peronista local, contraria al ejecutivo nacional, se lleve el triunfo, y este sea interpretado como un “voto castigo” a la presidencia, aunque Cambiemos (y específicamente el PRO) logre aumentar su representación en el Congreso en las elecciones de octubre.

*Por Julieta Lenarduzzi, UBA. Investigadora de Cuadernos Electorales de CIPPEC.

La opinión de la autora no refleja necesariamente la posición de todos los miembros de CIPPEC.