Germán Feierherd
Tierra del Fuego: una elección con final abierto
Este domingo se disputan las elecciones de Tierra del Fuego. La fecha de la contienda está en parte determinada por la constitución provincial, que exige que las elecciones ocurran al menos tres meses antes de las nacionales.
Las elecciones fueguinas tienden a ser muy competitivas: desde 1991, cinco de siete elecciones a gobernador fueron resueltas en segunda vuelta (para ganar se necesita una mayoría absoluta de sufragios válidos). Todo indica que estas elecciones no serán la excepción. La actual gobernadora, Rosana Bertone, busca su reelección al frente de Unidad Fueguina, una alianza entre el Partido Justicialista y partidos cerca-nos al kirchnerismo. Su principal contendiente es el intendente de Río Grande, Gustavo Melella, el favorito para la primera vuelta según algunas encuestas. De extracción radical, Melella también habita el gran espacio kirchnerista y compite con FORJA.
La alianza de Bertone—una peronista tradicional—con el kirchnerismo isleño, liderado por el intendente de Ushuaia, Walter Vuoto, ha sido uno de los grandes hitos de la campaña. Como Bertone, Vuoto también busca la reelección. Durante sus gestiones mantuvieron importantes conflictos pero actualmente se encolumnan detrás de la candidatura Fernández-Fernández.
El tercer candidato es Juan “Pipo” Rodríguez, representante de Ser Fueguinos, la alianza entre Propuesta Republicana y la Unión Cívica Radical. Las chances de “Pipo” son remotas. Si bien Cambiemos hizo una buena elección en 2017 -salió segundo por una diferencia de 171 votos-, Tierra del Fuego ha sido un distrito difícil para Cambiemos. Ser Fueguinos no confirmó la candidatura de Rodríguez hasta pocas horas antes del cierre de listas y los intentos por instalar su candidatura fueron limitados. Si su candidatura tiene alguna consecuencia es la de incrementar la probabilidad de una segunda vuelta.
Cabe destacar, también, que este espacio no incluye a la Coalición Cívica. Sus dirigen-tes impulsan una lista legislativa que incluye solo a candidatos que se oponen a la legalización del aborto.
A diferencia de otras provincias, en donde los gobernadores reeligen con amplios márgenes, las elecciones fueguinas están marcadas por la incertidumbre electoral y la fragmentación política. El peronismo fueguino se encuentra atravesado por divisiones internas y presenta listas separadas para cargos legislativos. El acercamiento de Bertone con el gobierno nacional, especialmente durante los primeros años de la gestión de Macri, y fuertes conflictos con los gremios estatales debilitaron su candidatura. Además, la profunda división política entre Río Grande, el distrito más poblado y económicamente más poderoso, y la capital provincial, Ushuaia, aumenta la competitividad de candidaturas con fuerte anclaje territorial.
La fragmentación de la oferta política responde también a particularidades del sis-tema electoral. Las boletas para distintas categorías están físicamente separadas—esto es, ya vienen cortadas. Esto reduce el poder de “arrastre” de las categorías ejecutivas sobre las legislativas y aumenta la fragmentación legislativa. En las últimas elecciones provinciales, el voto en blanco fue la tercera fuerza política para la gobernación y la opción más votada para la legislatura provincial. Si bien Bertone contó con mayoría en la legislatura, la norma fueguina es de gobiernos en minoría. Todo indica que el próximo gobierno también deberá gobernar en minoría.
Como todas las campañas fueguinas, esta fue de alto voltaje, dominada por denuncias cruzadas entre los principales candidatos en torno al financiamiento de las campañas y la corrupción en la obra pública. Otro tema importante fueron las denuncias judiciales contra Melella por supuestos abusos sexuales (que el intendente vincula con operaciones de medios nacionales). Otros ejes de campaña giraron en torno a la crisis de la industria fueguina, la relación cercana que Bertone mantuvo con el gobierno nacional hasta fines del año pasado y la situación financiera de la provincia—que implicó un préstamo cuantioso de la Nación y una importante reforma del sis-tema previsional. Más allá de la defensa de la soberanía argentina de las Malvinas y del régimen de promoción industrial local, pocas cuestiones unen actualmente a la dirigencia fueguina.
*Por Germán Feierherd. Investigadora del OEAR y UdeSA
La opinión del autor no refleja necesariamente la posición de todos los miembros de CIPPEC.
Leé el informe 2015 acá.