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Todo lo que necesitás saber antes de la elección general en Córdoba

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¿Qué está en juego en la elección general de Córdoba?*

El próximo domingo 5 de julio llega el turno del segundo distrito electoral del país. El escenario provincial para estas elecciones estuvo profundamente atravesado por el nacional, como se observa en las formas en que se organizó el polo peronista y en la reconfiguración de las fuerzas opositoras.

La decisión del actual gobernador José Manuel De la Sota de no buscar la reelección (podía presentarse para un período más) y competir por su viejo anhelo, la presidencia de la Nación, condicionó el armado de Unión por Córdoba (UPC): la coalición articulada en torno al PJ provincial, que gobierna desde 1999. La UPC jugará su continuidad en el poder con el diputado Juan Schiaretti, un dirigente de peso -gobernó entre 2007 y 2011 y fue vicegobernador en el período anterior-  pero al que De la Sota impuso nombres propios en la mayoría de los lugares de la lista para la Legislatura provincial. Por otra parte, la estrategia nacional de De la Sota imposibilitó el acuerdo local con el kirchnerismo. El gobernador participará en las PASO del 9 de agosto frente a Sergio Massa, con un perfil claramente opositor al gobierno de Cristina Kirchner.

Si bien la relación entre el oficialismo provincial y el nacional fue siempre oscilante –en 2003, 2005 y 2007 se presentaron juntos; en 2009 y 2013 fueron separados, y en 2011 acordaron competir en arenas electorales distintas-, ésta será la primera vez que el kirchnerismo presenta candidatos propios para la gobernación. Eduardo Accastello, intendente de Villa María, encabeza la fórmula de Córdoba Podemos, que recibió el apoyo de Daniel Scioli pero que se presenta ante la ciudadanía marcando cierta autonomía, dado que los niveles de aceptación del gobierno nacional en Córdoba han sido bastante inferiores respecto de otros distritos del país.

De acuerdo a las encuestas (La Borra), UPC tiene casi garantizada la continuidad en el poder y la mayoría en la Legislatura provincial, por lo que De la Sota se anotaría un triunfo importante para su carrera presidencial. El kirchnerismo, que obtuvo alrededor del 10% de los votos en las elecciones en que se presentó solo, podría duplicar ese número y mejorar sustancialmente su representación legislativa (hoy posee 4 bancas), beneficiado por los buenos índices de popularidad de Accastello pero también por las disputas en el principal espacio opositor, Juntos por Córdoba (JPC).

El diputado radical Oscar Aguad es el candidato de JPC, expresión provincial de la alianza nacional entre el PRO y la UCR, que suma al partido liderado por el senador Luis Juez, el Frente Cívico. La unión entre radicales y juecistas es muy novedosa en el escenario cordobés y ha resultado bastante problemática, al tratarse de fuerzas que han sido siempre adversarias. De hecho, la triple alianza no se repetirá en muchas elecciones locales por las profundas diferencias entre ambas, como en la capital, donde el intendente Ramón Mestre (UCR) irá por la reelección en septiembre y el juecismo apoyará casi con seguridad a su principal rival, la concejal Olga Riutort.

Juez desistió de pelear por la gobernación a cambio de encabezar la lista para el Senado nacional y tener lugares expectantes en la lista para la legislatura provincial, lo que generó la división de su espacio. Varios dirigentes decidieron competir por fuera (como el socialista Roberto Birri que se postula como candidato a gobernador por el Frente Progresista, apoyando a Margarita Stolbizer) o migraron hacia otros espacios, principalmente, Córdoba Podemos. Con los números de JPC por debajo de los esperados (las encuestas le otorgan alrededor del 26% de intención de voto, mientras que en 2011 cuando la UCR y el FC compitieron por separado obtuvieron, sumados, el 51% de las preferencias), Juez buscó diferenciarse de sus socios radicales y cuestionó públicamente la campaña de Aguad.

Por su parte, en la UCR cordobesa, algunos sectores miraron con recelo la incorporación de Juez y el color amarillo que adoptó la campaña, expresando su disconformidad con el segundo plano al que se relegó la pre-candidatura presidencial de Ernesto Sanz. Muchos intendentes radicales no quisieron atar su futuro a la suerte de la triple entente y despegaron las elecciones locales de la provincial. Por ello, sea cual fuere el resultado de la elección a Gobernador, la UCR conservará el predominio en el interior, que comparte con UPC.

El tercer socio de la coalición opositora, el PRO, no arriesga demasiado en esta elección ya que carece de armado territorial en Córdoba, cuenta con una sola banca en la legislatura, y Mauricio Macri, primero en intención de voto para las PASO  en la provincia, no se vería demasiado afectado por el resultado de JPC. El electorado cordobés ha sabido votar muy distinto en cada uno de los escenarios electorales que se le presentan. Ese fue el caso en 2011, por ejemplo, cuando a nivel nacional ganó el FpV, en la provincia se impuso el UPC y en la capital (que concentra al 40% de la población) la UCR.

El resto de los candidatos que disputan la gobernación de Córdoba, todos con orientación de izquierda y centro izquierda, son el mencionado Roberto Birri (Frente Progresista y Popular), Liliana Olivero (FIT), Raúl Gómez (MST) y Eduardo Mulhall (Movimiento al Socialismo).

*Por María Victoria López, UBA/CONICET. Investigadora invitada de Cuadernos Electorales.

La opinión de la autora no refleja necesariamente la posición de todos los miembros de CIPPEC.